Infantes los más vulnerables en migración.
- El Darién se ha convertido en la tumba de muchos migrantes de todas las edades.
- Madre venezolana narra su travesía, donde lamentablemente una de sus hijas de 7 años perdió la vida.
Faustino Romo Martínez.
Juchitán, Oax.- “Ya estás en México y aquí si no pagas te secuestro, esto me dijo un tipo en donde toma uno las balsas, yo rogándole dije, apiádate de mi señor, no traigo dinero, no traigo nada, perdí a mi hija en la selva, se murió, al ver mi situación y que lloraba me dijo, lárgate, piérdete de mi vista o no respondo, me alejé, corrí y seguí mi camino”, indicó Carolina, una mujer venezolana que ante la desesperación de la vida en su país, decidió salir en busca del tan ansiado sueño americano.
Como muchos de los venezolanos, Carolina, cuenta lo difícil de la travesía, lo complicado que resulta internarse en lo desconocido, pues al final inicias un camino que no conoces y en el que no sabes con que te toparás.
“Yo me aventuré con la esperanza de poder lograr algo mejor para mis hijas, que pudieran ayudarlas por su problema motriz, por eso salí de mi país, en donde no hay agua, no hay luz, no hay comida, estamos jodidos, no le deseo a nadie vivir lo que estoy viviendo, hoy en un país desconocido, sin comer, sin donde dormir y lo más triste sin una de mis hijas”, explica con los ojos llenos de lágrimas.
Entre sollozos indica que su pequeña hija de 7 años de edad murió durante su paso por la selva conocida como el Darién, la menor no resistió, se deshidrató debido a las altas temperaturas, la falta de agua y comida.
La selva “El Darién”, es una región selvática y pantanosa con una extensión de 5 mil 750 km2 de selva tropical que separa Colombia y Panamá, por donde tienen que caminar poco más de 100 kilómetros distancia entre el noreste de Colombia y el suroeste de Panamá.
“Mi hija se murió en mis brazos, se puso morada, orinó tres veces encima de mi, no pude hacer nada, ya no pude ayudarla, comenzó a ponerse moradita, yo sin saber qué hacer y sin ayuda de nadie, quise traerla pero no pude, tenía que cargar con mi otra hija, también de 7 años y sin poder caminar, ella tiene un problema motriz, me duele mucho, me ves entera, pero por dentro estoy destrozada”, dijo
Comenta que en la selva hay un río que a veces está bajito y otras veces es muy hondo, afortunadamente cuando ella pasó, el case del río no representaba peligro, logrando avanzar en su camino, “Sabes en todo el camino te vas encontrando con cadáveres, gente que muere y ahí se queda, la verdad es muy difícil, muy duro, pero una madre hace todo por su hijas, no podía quedarme allá, tenía que buscar que ayuden a mi hija para que vuelva a caminar”.
“Hoy todo es incierto, estoy aquí, durmiendo en el suelo, sin comer y esperando que un alma caritativa me apoye con el pasaje para ir a México y conseguir la cita para que nos reciban en los Estados Unidos, espero lograrlo, tengo ya el papel para salir de aquí y llegar a México, en eso estoy, eso espero, necesito que atiendan a mi hija, la que me queda, por ella sigo”, aseguró mientras a su lado la pequeña juega en una silla de ruedas.
Carolina agradeció a quien le regaló la silla de ruedas donde se mueve su hija, pues aseguró que en la selva perdió la que traía, pero afortunadamente llegando a Juchitán se encontró con una buena persona que le dijo que le regalaría una y cumplió.
Las penurias de Carolina comenzaron cuando su marido decidió salir de su país para buscar mejores condiciones para sus hijas, bueno eso dijo, cuando las cosas comenzaban a ponerse mal en Venezuela, “Se fue para República Dominicana, dijo que buscaría trabajo, pero lo que encontró fue una mujer y nos abandonó, jamás se hizo cargo de sus hijas, por eso decidí salir y buscar una mejor condición de vida, ahora me reclama, me dice que por mi culpa se murió mi hija, me duele mucho, ella ya no está”.
Mientras espera como muchos otros poder abordar un autobús en el centro de movilidad, explica que cuando menos a su hija los médicos le dieron atención, pues llegó con mucha fiebre, pero afortunadamente le dieron medicamentos y se repone.
Finalmente, dijo que continuará este viaje pues tampoco puede regresar, tiene que conseguir que su hija sea atendida y que no sea en vano la muerte de la otra pequeña, esperando que desde el cielo la perdone y entienda que todo lo hizo por que tuvieran un mejor destino, toda vez que, en su país, las cosas no se componen y no se puede vivir.
De acuerdo a información del Gobierno de Oaxaca en los Centros de Movilidad Migratoria de Juchitán y San Sebastián Tutla, se han trasladado a 23 mil 187 migrantes originarios de diversos países del 25 de septiembre al 1 de octubre.
Mientras que la UNICEF indica que más de 40 mil niños, niñas y adolescentes han atravesado en el primer semestre de 2023 la peligrosa selva de Darién.
La mitad de estos niños y niñas en movimiento tienen menos de cinco años y tienen necesidades específicas, por lo que es vital adoptar con urgencia políticas migratorias nacionales más amigables para los niños y niñas, así como respuestas humanitarias más sólidas, incluyendo servicios de salud y protección infantil específicos para cada edad, en toda la región.
Por su parte el Gobierno panameño indica que un total de 248 mil 901 migrantes irregulares han cruzado ya el Darién en lo que va de 2023, cantidad récord de transeúntes que supera la del año 2022.
EL DATO:
Actualmente en Venezuela se vive un deterioro progresivo de la economía, las personas por no poder acceder a los servicios sociales básicos, situación agravada por la pandemia de Covid, tienen que dejar su país.
De acuerdo al Departamento de los Estados Unidos, 9,3 millones de venezolanos sufren de inseguridad alimentaria de moderada a grave, lo que significa un tercio de la población.
Mientras que la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) indica que más de 7.7 millones han salido de Venezuela buscando una vida mejor, de los cuales 6.5 millones de personas han sido acogidos por países de América Latina y el Caribe.
Cabe destacar que la migración de personas es de todo el mundo y se puede observar en su paso por el Istmo de Oaxaca, no solo llegan de Centroamérica, si no prácticamente de todo el mundo, de todos los continentes, por lo que se puede observar desde guatemaltecos, salvadoreños, venezolanos, hasta chinos, coreanos, jamaiquinos, africanos, rusos, entre otros.
Este trabajo periodístico es resultado del Diplomado Latinoamericano de Periodismo Multimedia realizado en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Agradecimientos la institución, al CEVIE y la Facultad de Química por las facilidades otorgadas.