• Las terminales de autobuses se encuentran con largas filas, por lo que a sus alrededores se ha convertido en un campo de descanso para migrantes.
Faustino Romo Martínez.
Juchitán, Oax.- Actualmente el fenómeno migratorio ha rebasado las capacidades de los tres órganos de gobierno, que no han podido hacer nada para logra evitar que los migrantes saturen las terminales de autobuses, creando con ello un verdadero caos en la zona en donde se encuentran, pues con la finalidad de poder seguir su camino se quedan a pernoctar en las calle cercanas.
En el caso de la terminal del ADO se complica inclusive poder entrar a preguntar sobre las salidas de los autobuses, pues la entrada esta atiborrada de migrantes en su gran mayoría africanos, fenómeno que no se veía hasta hace unos meses cuando comenzaron a llegar de lugares como Senegal, entre otros.
Y es que día a día llegan en grandes cantidades los grupos de personas provenientes de diferentes países, ya no solo de Centroamérica, si no prácticamente de todo el mundo de todos los continentes, por lo que se puede observar desde guatemaltecos, salvadoreños, venezolanos, hasta chinos, coreanos, jamaiquinos, africanos, rusos, entre otros.
Esta situación ha generado también un aumento en los índices delictivos, así como el aprovecharse y subir los costos del pasaje y alimentos, entre otras cosas, por lo que se espera que este fenómeno sea atendido bajo un proceso de coordinación entre los tres ordenes de gobierno.
“Hay un esfuerzo por parte de la mesa de seguridad en donde se esta analizando de manera muy particular incluso con la delegada de migración en el estado, en el que se le esta dando conocer precisamente que se tiene que regular esta serie de situaciones”, declaró ante la pregunta de que se esta haciendo ante el aumento de los pasajes y costos de las cosas a los migrantes.
Por lo pronto entre estos esfuerzos y la coordinación que buscan los tres ordenes de gobierno, la realidad es que son rebasados y se supera la fantasía, creando cuando menos en el crucero de Juchitán un mundo sui géneris, con ropa colgada por todos lados, gente durmiendo amontonada en las calles, casas de campaña y muchas cosas más que nadie imaginó ocurrirían algún día.