• Este mueble tradicional en el Istmo encierra historias, recuerdos, objetos y sobre todo vivencias personales de los dueños.
Faustino Romo Martínez.
En la comunidad de Unión Hidalgo aún hay carpinteros que trabajan de manera artesanal y con gran maestría la fabricación de estos muebles tradicionales, también los restauran y decoran nuevamente, pues debido a la descontinuación generacional que sufrieron en algún tiempo, cuando la modernidad comenzó a llegar a los pueblos zapotecas este preciado objeto antiguo perdió su valor y fue remplazado por roperos y closets, entre otras muebles.
Jesús Marín García ejerció el oficio de la carpintería por casi 60 años, actualmente tiene 80 años de edad y refiere que, comenzó a los 18 años aprendiendo en el taller del finado Ta Pedro Alonso.
Menciona que le llevó
Aunque dice, que los clientes que llegaban a encargar sus baúles eran en su mayoría de Unión hidalgo, también atendían a los pueblos vecinos como Chicapa de castro, San Dionisio del Mar y La Venta, pues cuando había casamientos en puerta se iniciaba con el encargo, con el compromiso de tener el baúl listo en tiempo y forma para cuando se celebrara dichas nupcias.
Cuenta que el patrón que seguía para crearlo era dispuesto por su propia imaginación, cuando llegaba la parte de plasmar las flores, ellos recurrían a los pintores de la comunidad para que dieran el detallado final en ese punto y así de esta forma el baúl quedaba totalmente listo para ser entregado a los futuros desposados.
También aprendió muy bien el torneado de la madera, pues es una técnica indispensable en este oficio, para posteriormente hacer muebles de uso diario, siendo los catres los más solicitados por sus clientes, hoy en día, alterna así sus pedidos desde objetos pequeños hasta roperos y cocinas integrales.
También le ha tocado reparar y fabricar algunos baúles, pues es una de las enseñanzas que logró aprender en los talleres donde estuvo para mejorar sus técnicas cada día.
Asimismo, Pedro Hernández, es otro de los artesanos que se ha propuesto seguir resguardando el legado de estas autenticas reliquias de antaño, prácticamente fue después del terremoto del 7 de septiembre de 2017, cuando se adentro de lleno en el trabajo de la restauración de los mismos.
Indica que ya sea que le falte alguna parte o si son con diseños de cristales y si están quebrados son sustituidos por unos nuevos, pintados directamente sobre el cristal como se hacía anteriormente, inclusive también los forran por dentro para poder proteger aún más lo que vayan a resguardar.
Cabe destacar que Pedro Hernández a parte de ser restaurador también es coleccionista de estos muebles tradicionales, por lo que tiene una gran satisfacción al poder guardar y conservar una parte de la historia y las memorias que esconden sus baúles, pues pertenecieron a familias con diferentes oficios como bordadoras, cocineras tradicionales, panaderas, artesanos de la palma etcétera.
Finalmente el joven artista, indica que lo han contactado para adquirir baúles y él se encarga de buscarlos, conseguirlos y hacer todo el proceso de restauración para entregarlo al cliente como nuevo y listo para guardar nuevas historias