JUCHITAN

Espectacular presentación de Juchitán en la Guelaguetza 2022, representando el Xhibeeu y la Vela Agosto.

Xhibeeu ne biazee
La bienvenida y festejo del mes.
El xhibeeu en Juchitán es de origen ancestral y de significado antiguo ya que un día previo
al mes de agosto, con la luz de los cirios, el aroma del gu’xu’ bido’ y del guie’ chaachi’ en
el templo principal, así como la presencia de cantos y música de flauta y tambora, se
invocaban a los dioses zapotecas según algunos historiadores, para presidir el ritual mas
antiguo de los binnigula’sa’, el guendaliza’ que significa la hermandad, ya que se
aproximaba el fin de un calendario agrícola, donde la cosecha levantada serviría para
preparar un gran banquete que todos consumían.
En la actualidad se vive un sincretismo religioso, que da paso al inicio de un nuevo ciclo en
guidxi guie’ y es celebrado con la quema de fuegos pirotécnicos, que anuncian el inicio de
las festividades en honor a la Asunción de la Virgen María donde nuestros abuelos
colocaban al pie de Xunaxido’ las primeras plantas milpas, el perfume del zapandú, de
mudubinas y xtagabe’ñe que de los sitios sagrados se obtienen.
Durante los primeros día del mes de Agosto después de la bienvenida, se manifiesta el
guendaro biazee un ritual zapoteca donde las familias juchitecas se organizan para
agradecer y celebrar la fertilidad de nuestro suelo, cortando los primeros elotes de la
cosecha, compartiéndolo con los amigos y los vecinos, preparando y degustando el
exquisito nisiaaba’ zee, guetabaadxi y el delicioso guetazee, en el campo o en la ciudad, y
perfumando el altar del yoo bido’ con los primeras mazorcas recién cortadas, alimento
sagrado de los binnizá.
Las fiestas de agosto en Lahuiguidxi son actos ceremoniales religiosos en honor a la Virgen
María y a San Jacinto, donde el sabor del nisiaaba’ bupu’, el guetagu’, nisiaaba’
laadxiguenda, son manjares autóctonos que nos transportan mágicamente a nuestro pasado histórico en el Istmo de Tehuantepec un viaje a la antigüedad de nuestras raíces a través de la música, danza y sabores místicos de nuestra región.
Texto: Enrique Esteva.

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