ESCENARIO POLÍTICO
Gubidxa Guerrero
Periodista y etnohistoriador
Emocionantes han sido los últimos días en la ciudad de Juchitán, población zapoteca con más de cien mil habitantes, gobernada por el joven político Emilio Montero Pérez, quien ganó las elecciones en 2018 con las siglas de Morena.
Poco después de asumir la presidencia, Emilio se desmarcó de los líderes tradicionales de la llamada Cocei (Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo), organización en la que se formó desde niño. Tal maniobra fue vista como una muestra de ingratitud por parte de quienes lo ayudaron a ser alcalde. Por si fuera poco, Emilio fortaleció la estructura de Fuco (Frente Unido de Comunidades Oaxaqueñas), agrupación fundada por el Senador Salomón Jara, dirigida actualmente por el presidente municipal de San Blas Atempa, Antonino Morales.
Con ánimo confiado, el alcalde juchiteco visitó colonias y agencias municipales, antes leales a la Cocei o al Pri, para convencerlas de sumarse a su proyecto político. Logró que muchos líderes y miles de personas se afiliaran a Fuco, de cara a la continuidad de su gestión municipal.
Morena lanzó la convocatoria para elegir a sus candidatos y, como era de esperarse, estableció la ‘encuesta’ como método de selección. Todos los contendientes aceptaron las reglas del partido que fundó Andrés Manuel López Obrador.
Extrañamente, hace pocos días, varios expresidentes municipales de Juchitán, un Diputado Federal, y tres de los precandidatos, dieron a conocer un documento en que pedían como principal demanda que Emilio Montero fuera excluido de la contienda. Asimismo, solicitaban que Morena concediera a los firmantes, y sus «expresiones», la facultad de designar una «candidatura de unidad», a la que todos se comprometían a respaldar.
El documento resulta muy sospechoso, toda vez que no se habían difundido los resultados oficiales de la encuesta, por lo que algunos suponen que ésta la habría ganado el joven alcalde, Emilio Montero.
¿Por qué emitir un comunicado cuando la famosa encuesta ya se había realizado y sólo faltaba dar a conocer los resultados? Si la intención inicial fuera hacer a un lado a Emilio, el documento lo tendrían que haber lanzado antes y, de hecho, no debían aceptar el método estipulado por el partido. Por tanto, la carta suscrita por los adversarios del actual presiente, resultaba fuera de tiempo. Pero surtió efecto…
El lunes 22 de marzo , sorpresivamente, Emilio Montero, anunció su retiro de la postulación por Morena, según él, para no tener que aceptar ser rehén de los dirigentes coceístas. Confiado en la estructura electoral que ha fortalecido en lo que lleva de mandato, se cree capaz de derrotar, con ayuda de sus nuevos aliados, a la vieja guardia de la Cocei que, muy probablemente, compita con las siglas de Morena por la presidencia municipal de Juchitán y los demás cargos de elección popular.
Ello me parece un grave error político. Porque, sin esperar el anuncio oficial de Morena, su «renuncia» anticipada, sirve a sus adversarios que podrán argumentar que se retiró de la contienda porque la encuesta no le favoreció.
También me parece una equivocación porque concedió lo que los dirigentes coceístas exigían en el documento publicado en días anteriores: que no fuera candidato de Morena.
Considero que con su decisión se desmarca de Morena, aunque él afirme que está con la autodenominada Cuarta Transformación y el Presidente de la República.
Creo que es una falta de tacto, asimismo, porque su decisión afectará el proyecto del Senador Salomón Jara, de cara a la gubernatura; ya que, si Emilio va por la vía de otro partido, será insostenible –al menos en el discurso–, la mancomunidad entre Morena y Fuco, aunque Emilio ganara la elección.
Todavía no se ha dicho la última palabra. Morena no hace el anuncio oficial con respecto la candidatura en Juchitán. El escenario es complicado, ya que es altamente probable que el voto se divida y, quizás, la alianza Pri-Pan-Prd nos dé una sorpresa, lo que no sería del agrado del Ejecutivo federal.
¿Cabe la posibilidad de un acuerdo de último minuto? Mientras el partido en el poder no dé el nombre de quien será su abanderado(a), puede ser…
Inclusive, si Morena dijera que va Héctor Pineda, Gloria Sánchez o Alberto Reyna, en lugar de Emilio Montero, éste puede aliarse con el elegido bajo sus propios términos, para no tener que romper con el partido. De otra manera, podrá aparecer en la boleta por el instituto político de su preferencia, con amplias posibilidades de triunfo, en lo local, pero con consecuencias funestas en lo estatal y federal.
Estemos atentos de los próximos acontecimientos.