TEHUANTEPEC
En Tehuantepec la modernidad acaba con tradiciones.
• En el Istmo los adultos y niños se han olvidado de las costumbres decembrinas como la “rama”, las posadas y el viejo.
• Los teléfonos celulares, las tablets y el internet podrían ser la principal causa del olvido de las tradiciones.
Faustino Romo Martínez.
Las noches decembrinas en los estados del sureste de México, principalmente Campeche, Veracruz y Oaxaca en la zona del Istmo de Tehuantepec, estaban armonizadas por un canto especial, generalmente, en voz de niños que alegremente iban de casa en casa para pedir una aportación, ya fuera económica o de comida (si es fruta o dulces, mejor), a esa tradición, de la cual se desconoce su origen, pero se tiene conocimiento que se realiza desde principios del siglo XX, se le llama “La Rama”.
Aunque es una tradición proveniente del sur de Veracruz, al llegar al Istmo fue arropada por sus habitantes y en los municipios se retomó con singular algarabía y suspicacia del inigualable zapoteca, con su versos y canciones y en diciembre los niños se juntaban para conformar grupos y realizar esta travesía por las calles de sus pueblos, cantando los versos tradicionales.
Van en decadencia.
“Yo recuerdo en los años 70s, 80s, donde se viva intensamente este tipo de tradiciones, comenzaban desde el 8 de diciembre con la festividad de la purísima concepción, con la virgen de Juquila, después el día 12 con los festejos a la Virgen de Guadalupe y en este caso se vivía una gran romería en la iglesia de la catedral, en donde inclusive no se podía caminar, pero ahora se ha ido perdiendo, tal vez porque ya hay otros lugares a donde van los peregrinos”, comentó.
“Las celebraciones se continúan realizando, pero tengo que reconocer que ha decaído mucho y posiblemente tiene que ver los factores como social, político y económico por los que atraviesa la sociedad, podría ser la proliferación de otras religiones y la llegada de la tecnología”, declaró.
“Sin bien es cierto que no es una tradición original del Istmo de Tehuantepec y no llegó de Veracruz, aquí la hicimos nuestra y la reinventamos poniendo nuestros versos, yo recuerdo como nos preparábamos para ir a la rama, desde antes comenzábamos a ensayar, los niños cantábamos y las niñas iban a ensayar con la rezadora para ir a las posadas, todo era de una manera ritual a los niños nos gustaba mucho diciembre porque además era la época en que estrenábamos ropa y eso nos ponía contentos”, aseguró.
Las comidas.
Para el día 25 de diciembre, al mediodía, se comía la carne frita de puerco con su asadura, acompañada de su salsa roja y plátano cocido, y las tortillas eran sustituidas por el bia´xi gui´ (tamalitos sin sal ni manteca).
“Como no recordar el ya extinto alfeñique, que era un dulce que se vendía envuelto en tiras de totomoxtle, con el alfeñique también se endulzaba el pozol blanco (Cuba). También recuerdo que se vendía el camote que venía en cajitas circulares de madera y que, con la tapa, también de madera, improvisábamos una cuchara cuando la partíamos en dos; que no decir del pimpo, rosquillas elaboradas con maíz chiquito, panela blanca, manteca de res, un poco de anís, un poco de canela y agua”, agregó.
Para el día 31 se comía el relleno de puerco y gallina, para despedir el año, además de la quema del tradicional “viejo”, un muñeco elaborado con ropa que ya no se utilizaba, relleno de aserrín y cohetes para quemarlo al último minuto del año, como ritual para para recibir el año nuevo.
La letra de la Rama tradicionalmente es así:
Buenas noches damos buenos caballeros, a cantar venimos al Rey de los Cielos.
Naranjas y limas, limas y limones, más linda es la virgen que todas las flores.
En un portalito de cal y de arena, nació Jesucristo por la Noche Buena.
Venimos de lejos, a traerte la Rama, recíbela atento, hoy y mañana.
Abre la puerta o una ventana, para que veas los adornos, y los farolitos de ésta tu Rama.
A la media noche un gallo cantó, y en su canto dijo, ya Cristo nació.
Denme mi aguinaldo, si me lo han de dar, la noche es muy corta y tenemos que andar.
Ya se va la Rama muy agradecida porque en esta casa ha sido bien recibida.
Si la muerte tiene un diente, tiene un diente, el demonio tiene dos, y si no me dan mi aguinaldo, mi aguinaldo, se las pagarán con Dios.
Aunque existe una letra original, de autor desconocido y registrada por el dominio público, esta ha variado siempre dependiendo del ingenio y creatividad que cada quien le dé: “Venimos de lejos, a traerte a la rama recíbela atento, hoy y mañana”.
El agradecimiento por recibir la recompensa, también tiene su cántico, señal de que la rama fue bien recibida en la morada que se eligió para ser visitada y con ello despedirse de los caseros: “Ya se va la rama muy agradecida, porque en esta casa, fue bien recibida”.
Pero también, con el mismo ritmo, está un verso dedicado a los aguafiestas, a aquellos que decidieron ignorar y con ello no dejar pasar la buena vibra de los portadores de la rama: “Ya se va la rama muy desconsolada porque en esta casa no le dieron nada”
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