• Despiden al año con esta alegre tradición de bailar por las calles y de casa en casa a cambio de unas monedas como aguinaldo.
• Este año se busca que la tradición no muera, pero además es llevar a alegría a nuestros paisanos luego de esta terrible desgracia: Pablito Villegas.
Faustino Romo Martínez.
Juchitán, Oax.- “Viejo” o “Hueelu”, es una tradición ancestral adoptada por los juchitecos para despedir el año, son personajes que salen a las calles a bailar alegremente, recorriendo las calles, visitando casa por casa a cambio de una moneda como aguinaldo el cual es repartido entre los participantes.
Y es que, en los hogares del Istmo, específicamente de Juchitán, las familias elaboran un muñeco con ropa vieja, cartón y aserrín, representando el año que está por terminar, lo llenan de cohetitos y lo queman a la media noche, en señal de que el año se acaba y con él las malas todo lo malo.
Señala que a partir de la segunda mitad del siglo veinte, además de los adultos, los niños y jóvenes empezaron a formar sus parejas para disfrazarse de “Viejos” y llegaban a las casas a pedir permiso para bailar a cambio de unas monedas como aguinaldo.
La historia.
Tomás Chiñas indica que después de una profunda investigación concluyó que la tradición de “El Viejo” surgió como protesta de una modesta cuadrilla de cargadores del muelle del puerto de Veracruz, en 1875, para pedir aguinaldo a sus patrones, ya que no recibían los beneficios que otros trabajadores percibían y que consistían en pequeñas cantidades en efectivo o ropa vieja que los patrones desechaban.
Después, indica que se volvió costumbre llevar el viejo en todo el puerto para pedir aguinaldo durante la última noche del año.
“Los niños cargaban a un muñeco en una silla y cantaban al ritmo de rumba, recibiendo dinero y golosinas de los vecinos, convirtiéndose en una tradición propia del Puerto de Veracruz”, agregó.
El viejo en el Istmo.
Reiteró que la tradición del “Viejo” surgió en el puerto de Veracruz, pero es en el Istmo Oaxaqueño donde se transforma y donde se le imprime un sello singular, al incluir a la pareja con la vestimenta propia de esta bella región zapoteca.
Sólo que la modernidad ha modificado a estos personajes; ahora también se disfrazan de “vedettes”, de “novias” o de personajes de la farándula; y ya no bailan la rumba, sino se mueven al compás de la música de moda, la rola del momento.
La actualidad.
Después de muchos años esta tradición está viva y ahora más que nunca se hace indispensable, pues es necesario llevar un poco de alegría a las familias juchitecas que sufren a causa del terremoto del pasado 7 de septiembre, por lo que sabemos que a lo mejor no recibimos una moneda, pero tendremos la satisfacción de lograr una sonrisa y un momento de felicidad, asegura Pablito Villegas, quien desde hace 10 años participa de esta tradición.
“Esta tradición viene de fuera, no es netamente juchiteca, pero nuestra gente la adoptó, la retomó y la hizo suya, en mi caso llevo 10 años participando, me pongo de acuerdo con amigos músicos, con diferentes compañeros que tenemos esa inquietud de alegrar a la gente, la tradición marca que nosotros vamos ofreciendo que ya llegó el “Hueelu” y la gente se acerca, nos pide una pieza, los músicos tocan, los viejos bailan y nos ofrecen una moneda”, destacó.
Y es que Villegas Esteva después del terremoto de 8.2 que sacudió al Istmo, estuvo apoyando a su gente, primero con víveres, más adelante con ropa y demás cosas que se requerían y hasta la fecha continua con esa tarea de apoyar a los damnificados por el sismo.
“Que la gente sepa que, a pesar de todo, somos gente fuerte, somos gente que nos distinguimos por ser trabajadores, que tenemos que salir adelante y lo estamos demostrando con nuestra forma de vida, muchos somos comerciantes, artesanos, músicos, tenemos actividades netamente tradicionales y de una u otra manera estamos saliendo adelante con la ayuda de mucha gente que nos está apoyando, entonces entre nosotros como hermanos hoy vamos saliendo adelante”, apuntó.