REPORTAJES
Niños de Unión Hidalgo reviven tradición decembrina en el Istmo
• Niños de Unión Hidalgo reviven tradición decembrina en el Istmo.
• Llevan un poco de aliento a damnificados.
• “Ya llegó la Rama, quítense el sombrero, porque en esta casa vive un caballero”.
Faustino Romo Martínez.
Las noches decembrinas en los estados del sureste de México, principalmente Campeche, Veracruz y Oaxaca en la zona del Istmo de Tehuantepec, están armonizadas por un canto especial, generalmente, en voz de niños que alegremente van de casa en casa a pedir una aportación, ya sea económica o de comida (si es fruta o dulces, mejor); a esa tradición, de la cual se desconoce su origen, pero se tiene conocimiento que se realiza desde principios del siglo XX, se le llama “La Rama”.
Esta tradición está arraigada en los municipios del Istmo de Tehuantepec y en el caso específico de Unión Hidalgo, los integrantes del taller de arte “Picasso para niños”, que desde hace ya 10 años se lleva a cabo en esta población gracias al entusiasmo de Pedro Hernández Antonio, un joven que ha venido desarrollando diversas actividades para rescatar las costumbres del Istmo, además de enseñar las artes plásticas a los niños y motivarlos a valorar sus raíces.
Los talleres.
Ante el desastre que causó el terremoto de magnitud 8.2 que azotó al Istmo el pasado 7de septiembre, se implementó los talleres itinerantes por los diversos barrios y colonias de Ranchu Gubiña (Unión Hidalgo) con actividades artísticas y de lectura con los niños de los albergues y de esta forma en noviembre los niños colocaron un altar tradicional del día de muertos, donde cada uno de los integrantes trajo pan, fruta y dulces para poder llevar a cabo la ofrenda y para este mes de diciembre decidieron investigar sobre las tradiciones que se celebran en el Istmo.
Las tradiciones.
Señaló que con la información que cada uno de los niños que integra el taller o los que permanecen aún después del maratónico recorrido «sísmico», comenzaron a trabajar para lograr cumplir con la tradición decembrina.
Indicó que durante los recorridos que han venido realizando desde el pasado lunes, han tenido muchas satisfacciones y ante el asombro de las personas en las casas visitadas, las cuales muchas de ellas ya no están de píe, pues muchas sufrieron daños por el fuerte sismo, los niños cantan sus coplas, lo que genera que la gente evoque recuerdos desprendiendo una sonrisa en sus rostros, incluso alguna lagrima, al recordar esos momentos de antaño, de alguna vez cuando la “Rama” visitó sus casas.
La letra de la Rama tradicionalmente es así:
Hola buenas noches, ya estamos aquí, aquí está la rama que les prometí, que les prometí venir a cantar, pero mi aguinaldo me tienes que dar, me tienes que dar con mucho cariño, como se lo dieron los reyes al niño, los reyes al niño le dieron regalos y usted señorita me da mi aguinaldo.
Buenas noches damos buenos caballeros, a cantar venimos al Rey de los Cielos.
Naranjas y limas, limas y limones, más linda es la virgen que todas las flores.
En un portalito de cal y de arena, nació Jesucristo por la Noche Buena.
Venimos de lejos, a traerte la Rama, recíbela atento, hoy y mañana.
Abre la puerta o una ventana, para que veas los adornos, y los farolitos de ésta tu Rama.
A la media noche un gallo cantó, y en su canto dijo, ya Cristo nació.
Denme mi aguinaldo, si me lo han de dar, la noche es muy corta y tenemos que andar.
Ya se va la Rama muy agradecida porque en esta casa ha sido bien recibida.
Si la muerte tiene un diente, tiene un diente, el demonio tiene dos, y si no me dan mi aguinaldo, mi aguinaldo, se las pagarán con Dios.
Aunque existe una letra original, de autor desconocido y registrada por el dominio público, esta ha variado siempre dependiendo del ingenio y creatividad que cada quien le dé: “Venimos de lejos, a traerte a la rama recíbela atento, hoy y mañana”.
El agradecimiento por recibir la recompensa, también tiene su cántico, señal de que la rama fue bien recibida en la morada que se eligió para ser visitada y con ello despedirse de los caseros: “Ya se va la rama muy agradecida, porque en esta casa, fue bien recibida”.
Pero también, con el mismo ritmo, está un verso dedicado a los aguafiestas, a aquellos que decidieron ignorar y con ello no dejar pasar la buena vibra de los portadores de la rama: “Ya se va la rama muy desconsolada porque en esta casa no le dieron nada”.
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