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SALUD

“Es un mito que la diabetes se dé por un susto; lleva un proceso de deterioro”

  • Prevención. Sergio Hernández, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas “Salvador Zubirán”, remarca que el primer síntoma de alerta es tener sobrepeso u obesidad. “Cuando se presenta mucha sed, mucha hambre, el orinar mucho y pérdida de peso, ya la enfermedad está muy avanzada”

El problema de la diabetes mellitus consiste en que se va gestando una serie de alteraciones y deterioro metabólico de manera gradual, casi imperceptible, al principio sin síntomas, y cuando ya se tienen es porque la glucosa está en niveles elevados. Y de manera desafortunada, en esos casos ya no hay nada qué hacer para revertir la situación.

Así lo describió el doctor Sergio Hernández Jiménez, coordinador del Centro de Atención Integral del Paciente con Diabetes, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, de la SSA, en entrevista con Crónica.

El especialista puntualizó que para determinar si se tiene ese padecimiento o no, el parámetro es tener una glucosa de ayuno por arriba de los 126 miligramos –los niveles normales son por debajo de 100, de preferencia entre 80 y 90-.

Cuando la cifra supera los 126 miligramos, abundó, ya se tiene un promedio estimado en investigaciones que indican que el deterioro metabólico inició entre cinco y 10 años atrás, y lo que retrasa la visita oportuna al médico es que muchos de los síntomas muchas veces se minimizan.

El primer síntoma de alerta es tener sobrepeso u obesidad, y además, si algún familiar en línea directa tiene diabetes, en esos casos no hay que pensarlo dos veces: se debe acudir al médico a un chequeo general.

Cuando se presentan síntomas como tener mucha sed, mucha hambre, orinar mucho –incluso levantarse en las noches para ir al baño–, pérdida de peso, “cuando esto ocurre ya es demasiado tarde, ya la diabetes está avanzada y se debe acudir a valoraciones por profesionales de la salud”.

No hay que perder de vista, insistió, que los primeros síntomas de alerta son el sobrepeso y la obesidad, por lo cual, si se quiere evitar desarrollar diabetes, lo primero que se debe hacer es buscar la forma más adecuada y sana para bajar a un peso normal.

Es muy importante resaltar que todas estas alteraciones no se dan de manera súbita, de un día para otro. “De hecho hay un mito común: se dice que la diabetes se dio por un susto o un coraje, y la gente tiende a decir que un día estaba bien y al otro le dio diabetes. La verdad es que no. Todo esto lleva un proceso de deterioro; pero, desafortunadamente, la gente no lo quiere ver”.

El especialista en diabetología señaló que si bien es cierto que genéticamente los mexicanos estamos predispuestos a desarrollar diabetes, el sobrepeso es el principal detonante.

Resaltó que hoy en día la atención al paciente diabético no está enfocada sólo a controlar su glucosa, sino otras alteraciones metabólicas como la elevación de la grasa en sangre, conocida como triglicéridos o colesterol alto, la presión arterial, ácido úrico alto y alteraciones del hígado ocasionadas por el depósito de grasa, que se van sumando y causan diversos problemas o complicaciones.

Lo anterior, debido a que estudios de investigadores mexicanos han demostrado que, pese a controlar la glucosa, complicaciones como las antes mencionadas pueden seguir presentándose. De ahí la importancia de que el paciente diabético acuda a chequeos con regularidad. “Lo ideal es acudir al médico cada tres o cuatro meses, pero habrá quienes necesiten hacerlo con mayor frecuencia”.

HACERSE CONSCIENTES.

Hernández Jiménez sostuvo que además de los factores genéticos, mala alimentación y el sedentarismo, otro aspecto muy importante para tomar en cuenta es la conciencia y la responsabilidad.

“Todos sabemos qué tenemos que hacer para cuidarnos, pero no lo hacemos: entonces, es ahí donde ese concepto de responsabilidad tiene que ir permeando en la conciencia de las personas”.

Cuidarnos no es una condición que se vuelva imposible. Es cierto que los tiempos y horarios laborales pudieran ser muy absorbentes, pero opciones siempre las hay: tomar las escaleras fijas en lugar de las eléctricas o el elevador, estacionar el coche lo más lejos posible para caminar o incluso no usarlos en distancias no tan largas, si podemos medir nuestra actividad física.

El doctor Hernández Jiménez subrayó que otra característica muy notoria es cuando las personas desarrollan Acantosis Nigricans, que es una coloración obscura en los codos, nudillos, o cuello, o aparición de verrugas en cuello, axilas y codos.

La piel se va haciendo más gruesa y esto implica un problema metabólico de insulina que produce estas alteraciones y puede ser pronóstico de que hay un problema de diabetes. Ante esto lo primero que hay que hacer es medir glucosa y perfil de lípidos, y regularmente son pacientes que no tienen ningún síntoma, pero que ya pueden tener resistencia a la insulina.

La diabetes es una enfermedad que puede conducir a etapas de duelo por la pérdida de la salud y porque ya no se va a curar, aunque sí se puede controlar. De ahí la importancia de que el paciente diabético acuda una vez al año, por lo menos, a revisión con el oftalmólogo.

Además, hay que hacer valoraciones de cómo está la salud mental del paciente, las redes de apoyo familiar que tenga y su estado de ánimo en general. E incluso identificar si hay algún trastorno de la personalidad. Todo esto es importante, porque un paciente con depresión, por ejemplo, nunca se va a cuidar, ni a seguir el tratamiento ni a hacer ejercicio; primero hay que estabilizarlo emocionalmente.

El reto en materia de salud para estos pacientes, sostuvo, es enorme, si se toma en cuenta que del total de los diabéticos sólo la cuarta parte sigue un tratamiento que le permite tener sus niveles de glucosa controlados. El resto no lo hace.

Origen multifuncional

La tipo 1 no tiene nada que ver con malos hábitos alimenticios

En entrevista por separado con este diario, el doctor Carlos Alberto Antillón, integrante de la Sociedad Mexicana de Endocrinología Pediátrica, refirió que contrario a la diabetes tipo 2, la tipo 1 no tiene nada que ver con malos hábitos alimenticios, ni sobrepeso u obesidad.

Lo que origina esa diabetes es multifactorial, aunque lo más importante es que hay una predisposición genética y el paciente, por lo regular, no lo sabe, por lo que se expone a algún tipo de virus o cuestión ambiental que genera que se formen anticuerpos que atacan al páncreas. Y simplemente se vuelve incapaz de poder producir la insulina que el organismo requiere.

En endocrinólogo pediatra indicó que el paciente con diabetes 1 requiere insulina desde el primer día y la población pediátrica es la que más se ve afectada. “Hay pacientes con apenas un par de días de nacidos, aunque el mayor pico de incidencia es entre los 10 y 14 años”.

Estimaciones médicas ubican que entre los cero y 14 años el número de pacientes puede rondar los 25 mil, aunque eso fue hace 5 años. Lo cierto es que no se tiene cifras oficiales; pero la cifra puede ser mucho mayor.

Ambos tipos de diabetes son tan buenas o malas como se les quiera ver, si se tienen controlados los niveles de glucosa ninguna causará daños al organismo o estos serán menores.

Fuente: crónica.com.mx

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