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TRADICIONES Y COSTUMBRES

«LA GUERRA DE GUIENGOLA»

» Una batalla perdida por los aztecas»
Segunda de tres partes.

Los misterios de Guiengola se reflejan en los vericuetos, en las piedras y n las hermosas orquídeas que adornan sus campos, en el canto alegre de la calandria, del zenzontle, y este misterio se agranda en sus edificaciones. Así es Guiengola.

EL COMPLEJO SUDESTE:

Era un recinto rectangular cerrado que contenía una estructura circular de varios niveles, otras estructuras problemáticas y en el lado noreste, tres habitaciones bajas con estructura en forma de caja. Al este del complejo Sudeste había una depresión escalonada con apariencia de antifiteatro.

EL ÁREA RESIDENCIAL:

Contenía una serie de cuartos y patios de diversos niveles. Los diseños de estos diferentes tipos de complejo habitacionales dan la importancia de haber sido lugares de residencia. Los patios inician en su ascenso a la colina entre el núcleo central y el río Tehuantepec.

EL PALACIO:

La construcción más impresiónate en Guiengola es la probable habitación del principalísimo del lugar. El palacio se encuentra al lado oriente de un valle pequeño u hondonada abierta en el lado este de la montaña. La vista del Istmo de Tehuantepec desde el mirador del palacio es impresionante.

La forma del mirador es más o menos circular porque fue construido sobre una roca natural de forma redonda. El palacio ocupa por lo menos 11,000 metros cuadrados, o poco más de una hectárea y representa alrededor del 20% de la construcción en la plaza principal. Dado que los patios están distribuido sobre varias terrazas naturales a desnivel, las estructuras dan una impresión de lujo no se aprecia en un mapa de dos dimensiones. El acceso al interior del palacio sólo se puede hacer desde la parte sur, puesto que el terreno presenta un fuerte declive en la parte norte, además de estar bloqueado por fortísimas murallas de defensa.

El patio cubre un área total—metros cuadrados. Este incluye un total de 64 cuartos, plataformas y almacenes, 14 escaleras o escalones pequeños, 9 escaleras grandes de 5 a 10 metros de largo o de ancho y 38 columnas dentro de los cuartos, hay además piscina o alberca, así como una tumba que fue saqueada antes del siglo XX. Dado el espacio limitado en este breve reporte no puedo describir el palacio en su totalidad, escriben los investigadores Peterson y Tomas Mc Dougal.

Cosijoeza pide a Dzahuindanda su ejército. El Rey Ahuitzotl se apresura a dar cima a mis proyectos, dijo Cosijoeza su ministro, ha matado a muchos zapotecas y destruido Mitla. La amenaza que nos dirigió desde Huaxyacac, sólo la guerra, fuente de honor, podrá lavar semejante afrenta; soy poderoso como él y voy a probarle que los hijos de Petela son capaces de conquistar su trono.

Partid a la ciudad de Achiutla y decid al Rey Dzahuindanda que la marcha del ejército mexica hacia Tehuantepec, e la ocasión elegida por mí para romper las hostilidades y acabar con el, pues distante como está de la Metrópolis, fácil es vencer a una de las guarniciones que ha dejado escalonadas, que para llevar a término tan atrevida empresa, le ruego ponga sus soldados a mis órdenes, los cuales con los zapotecas, será conducidos por mi, que, en jefe voy a mandar la expedición, durante la cual, fuerzas mixtecas cuidaran el orden en Teotzapotlán, así como el reino de Achiutla, de contener y batir cualquier socorro de México.

Alarii pasa a la mixteca, habla a Dzahuindanda y este rey, aliado de Cosijoeza, pone a sus órdenes 24,000 guerreros mandados por 24 valientes capitanes. Estas fuerzas unidas a la zapoteca forman un total de 64 mil hombres, cuyo ejército salió Cosijoeza en el verano de 1496.

Como lo había previsto, una tras otra fue venciendo en todo el camino las escasas guarniciones de los mexicas, y sembraron el terror por todas partes. Después de una marcha heroica entre dos cerros, que los mixtecos atravesaron peleando Cosijoeza llego victorioso al valle de Tehuantepec. En esta ciudad necesito hacer un esfuerzo supremo de inteligencia y valor para salir airoso de su empresa. Sin pérdida de tiempo ataca la plaza y los cerros y obtiene una victoria decisiva que lo pone de en posesión de todo el territorio conquistado por los mexicas.

Hasta aquí, Alarii, hemos triunfado de nuestros enemigos y ceñido nuestras sienes con una corona inmarcesible de gloria, dijo Cosijoeza, a su ministro, no falta la prueba más dura, pero creo que también nos sobra valor para arrostrarla. Ahuitzotl destacará sobre nosotros sus mejores tropas es pues, indispensable elegir el sitio en que debemos esperar, o la muerte o la integridad de la zapoteca, entre tanto descansemos hoy.

El soberano de México estaba indignado por tanta osadía, no pudieron comprender que hubiese alguien en el mundo capaz de resistir la invencible pujanza mexicana, y estaba dispuesto a desplegar su poder cuando grande era, contra el temerario Cosijoeza. Este por su parte, era demasiado sabio y prudente para dejar arrullar por los cantos de la victoria, arrojándose a descansar sobre sus primeros laureles. Reflexionó que la fuerza enemiga era superior y mejor disciplina que la suya, que al aproximarse a Tehuantepec, la tierra se conmovería y que estando recientemente conquistada y aún mal sujeta a sus nuevos dominios, se revaloraría contra ellos uniéndose a los mexicanos y solo tendría que combatir a tantos adversarios, sin contar con recursos algunos en el país.

No por eso perdió el animo. Fortaleció las plazas, recorrió con mirada inteligente los montes buscando sitio a propósito para establecer su campo, en una cordillera que corre bordeada y defendida por un caudaloso río desde Jalapa, escogió una alta cima, en la que con peñas y lajas levanto un fuerte muro, sin olvidar el respectivo contra muro, pareciendo insuficiente el agua que brotaba dentro de unos manantiales dentro del recinto fortificado, abrió aljibes, capacísimos que llenó de agua y peces vivos, hizo un gran acopio de carne salada, maíz y otras semillas, librando además apremiantes órdenes a Nejapa y Quigolani para que se le remitiese continuamente repuestos de gente, vituallas, saetas, chuzos, mazas y todo género de armas para el ejército, embarazó el paso del río con los obstáculos que le sugirió su ingenio. Determinó que los mixtecos en número de 24 mil todos y valientes, se situarán en la banda opuesta del mismo río, hacia el norte. Anduvo en todas estas fatigas con tantas diligencia, que cuando el ejército mexicano llegó todo estaba terminado, y pronto zapotecas, mixtecas, esperaron una tenaz y vigorosa resistencia.

Y así al comienzo del verano de 1496, la batalla dio principio. Los mixtecos atacaban por la vanguardia, los zapotecos por la retaguardia y bajaban por los pasajes secretos a golpear en las noches al enemigo, que por la oscuridad nunca pudieron defenderse; así fue el ejército aliado diezmando al enemigo otro tanto hicieron las enfermedades que minaron la salud del enemigo de la altiplanicie.

Ahuitzotl, al sentirse su fracaso busco el camino del arreglo político y ofreció en prenda de paz a su hija Coyolicatzin «Copo de Algodón» quien vino a formar una leyenda antes de su matrimonio para conocer al novio que sería su esposo y rey en el futuro.
Fuente:

Revista VOZ ( la realidad del Istmo) No. 41. 15 de Agosto del 2007.
Prof. MELESIO ORTEGA MARTÍNEZ
Foto: colección del Prof. MELESIO ORTEGA MARTÍNEZ.

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